SOBRE LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS.
El debate sobre la independencia de Cataluña está
al orden del día y, dado que se está comentando incluso llegar a
las urnas, es importante que tanto los ciudadanos catalanes como los
del resto del Estado sepan las consecuencias económicas que
conllevaría esta separación.
España
muestra en su Constitución el rechazo hacia una posible secesión.
El artículo 2 de ésta afirma la “indisoluble unidad de la
Nación”. Por lo tanto, la posible separación según muchos
juristas conllevaría la votación del pueblo español en su
conjunto, y no sólo de los catalanes.
El gobierno
español no admite negociación alguna ya que a primera vista lleva
las de ganar. La Unión Europea ha dado la espalda a esta posibilidad
y los independentistas saben que fuera de la UE y del Euro lo
tendrían muy difícil para seguir a delante por sí mismos.
El gran
desencadenante económico de la independencia es el reparto no
proporcional de la riqueza a cada comunidad según lo que aporta cada
una. Por ejemplo, el catedrático Xavier Sala i Martí comenta que
“solo regresa el 60% de los impuestos pagados por los ciudadanos y
empresas catalanas”.
Dicho esto,
los ciudadanos catalanes deben aceptar que tendrían que crear una
nueva moneda competitiva con el resto de Europa para desarrollar un
comercio eficiente. Es decir, no podrían estar en la Zona del Euro.
Además
de esto, es importante saber que Cataluña es la comunidad que más
comercia con el resto del país. De hecho, sus exportaciones son
próximas a los 50.000 millones de €, y hacen que el saldo
comercial de la comunidad sea positivo.
Cataluña,
según el Centro de Predicción Económica (CEPREDE) de la
Universidad Autónoma de Madrid, destacó entre las comunidades que
presentan superávit de intercambios comerciales de mercancías en
2011, con 22.685 millones de euros, lo que representa el 11,3% del
PIB de esa comunidad.
Además,
Cataluña es la Comunidad Autónoma que más exportaciones hace al
extranjero, como puede verse en el cuadro adjunto. Por tanto, es una
economía muy abierta y expuesta a la incertidumbre que generaría no
estar en la UE y tener una moneda distinta del euro.
Además,
los mercados internacionales no confiarían en la solidez económica
de este nuevo estado y probablemente no le darían crédito, o se lo
darían a un interés bastante más alto al que están acostumbrados.
Muchas
personas están unidas por la independencia de Cataluña, pero no
sabemos si los grandes capitales están dispuestos a reducir ingresos
en los primeros años de una posible recesión, al haberse separado
de España y de la UE. Las barreras comerciales, aranceles, etc.
dificultarían el comercio de la comunidad y, como hemos visto las
exportaciones son muy importantes para Cataluña.
La UE
dejaría de aportar subvenciones y tendrían que aumentar los gastos
en nuevos apartados que les competerían, como Defensa, y tendría
que ayudar a sacar a flote a sus bancos, hospitales, deuda pública,
etc. sin apoyo del resto de España.
A
pesar de que, como se puede comprobar, las consecuencias económicas
para Cataluña no son deseables, tampoco lo son las que tendría que
sobrellevar el resto de España.La comunidad catalana representa el
19, 5% de la riqueza de España y el PIB per cápita bajaría 1.519 €
al año.
No
sabemos hasta donde va a llegar esto, quizás hasta la denegación en
el Congreso de los Diputados, como ya pasó con el Plan Ibarretxe de2005. Tampoco sabemos ni si el propio presidente de la comunidad
catalana cree que tiene alguna posibilidad o, como más de uno
sospechamos, se aprovecha de su pueblo para desviar la atención de
los recortes que está acometiendo a la sanidad y educación
catalana, parecidos a los que realiza el PP en España.